La gratitud tendría que ser un hábito constante en nuestra cotidianeidad. No obstante, las paradas a lo largo del año como las vacaciones de verano, pueden ser un buen momento para practicarla de forma más intencional.
Aflojar el ritmo, despertar sin prisa, la calma en la agenda y en el corazón se puede convertir en el mejor escenario para que aflore un dulce fluir de acción de gracias.
El Señor es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón. Con mi cántico lo alabaré. (Salmo 28:7 RV2020)
Mientras das un paseo por un entorno natural, respiras la brisa fresca de la mañana, te zambulles en el agua de la piscina o del mar, te recuestas en una hamaca, te deleitas en una terraza de verano con tu comida favorita, pierdes la mirada en un buen libro o escribes reposadamente en tu diario, bien podrías agradecer a Dios por cosas como éstas:
Tus victorias alcanzadas en la temporada
¿Qué conseguiste con la ayuda de Dios en los pasados meses?: aprobar un examen, crecer en un área de carácter, adelgazar unos kilos que te sobraban, desarrollar un hábito saludable, ser contratado en un trabajo que necesitabas, nuevos amigos… alza tus ojos al cielo, agradece y celebra tus victorias.
«Tomó luego Samuel una piedra, la colocó entre Mizpa y Sen, y le puso por nombre Eben-ezer, porque dijo: —Hasta aquí nos ayudó el Señor» (1 Samuel 7:12RV2020)
Tus necesidades básicas cubiertas.
Si tienes un techo donde vivir, una comida en el plato de forma diaria, ropa y calzado en tu armario y tus hijos asisten al colegio, instituto o universidad, formas parte del 15% de la población mundial que vive en riqueza (el resto vive sumida en la pobreza). ¿Puedes encontrar un espacio para agradecerle a Dios por esto?. Si lo haces, Dios te ayudará no sólo a ser agradecid@, sino también generos@.
«Así que, si tenemos sustento y abrigo, estemos contentos con eso» (1 Timoteo 6:8 RV2020)
Tus seres queridos
Tu familia más cercana, tus amigos, tu iglesia son la gente que Dios te ha dado. Ellos permanecen a tu lado y tú al suyo. Te aman y son amados por ti. Aprovecha este tiempo para agradecer y alabar a Dios junto a ellos:
«¡Tributad al Señor, familias de los pueblos, dad al Señor gloria y poder!» (1 Crónicas 16:28 RV2020)
El deseo de Dios de seguir contando contigo.
No importa la etapa en la vida en la que te encuentres, status o los sinsabores vividos hasta aquí. Dios no ha terminado contigo, tiene mucho más para ti. Tú sigues siendo parte de su precioso plan. Agradece a Dios por seguir contando contigo y serás llen@ de una preciosa expectativa divina:
«Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis» (Jeremías 29:11 RV2020)
¡Feliz verano!