Por Isabel Sánchez | Devocional
Con la llegada del verano todos pensamos en vacaciones. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española entiende por vacaciones “Descanso temporal de una actividad habitual” o Vacacionar: “Pasar las vacaciones en un lugar”. En nuestro mundo moderno asociamos la palabra a tumbonas, playas, paseos por la montaña, viajes, alojamientos, restaurantes,…
Si buscamos ese mismo término en nuestras Biblias como tal, no lo encontraremos. Si podemos encontrar “ descanso, reposo, …” y son muchos los textos bíblicos que nos pueden arrojar luz, al respecto. ¿Qué podemos hacer para encontrar descanso, que es en definitiva, lo que todos buscamos en vacaciones?
El ritmo frenético de vida que llevamos, de actividades y tareas sin tiempo para parar y “recargar las pilas”, las largas horas de desplazamiento en las grandes urbes, los problemas y las incertidumbres que encaramos a diario, la guerra en Ucrania, el temor a una recesión global,… hacen mella en nosotros y consumen nuestra energía física, emocional,… dejándonos necesitados de vacaciones, de descanso,…
Jesús nos invita a acudir a Él. A pasar tiempo leyendo y meditando en su Palabra, estudiándola; a pasar tiempo en oración, a hablar con él y contarle aquello que nos preocupa, que nos carga; a habilitar un espacio de intercesión por otros,.
En este mundo convulso encontremos un lugar donde encontrarnos con Jesús a diario. Es la mejor forma de vivir en descanso.
¡Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os daré descanso! Mateo 11.28