El pasado 6 de abril la Universidad de Salamanca acogió el X Encuentro Cristiano de Literatura y la entrega del premio Jorge Borrow de difusión bíblica, concedido al ex director de Sociedad Bíblica en España.
Dicho Encuentro estuvo organizado por la Asociación Cultural Evangélica Jorge Borrow, que depende de la Iglesia Cristiana Evangélica de Salamanca, y contó con la colaboración de TIBERÍADES (Red Iberoamericana de Poetas y Críticos Literarios Cristianos) y la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca.
El presidente de la Asociación Cultural Evangélica ‘Jorge Borrow’, organizadora del encuentro, leyó su texto valorando los méritos de José Luis Andavert, a quien se le concedió el Premio Jorge Borrow de Difusión Bíblica 2019, por su destacada labor al frente de la Sociedad Bíblica de España durante más de tres décadas.
En su discurso de recepción del premio, titulado “La Biblia, fuente de transformación personal y colectiva”, Jose Luis Andavert hizo una erudita reflexión en torno a la carta del apóstol Pablo a los Romanos, centrándose en el capítulo 12 y sus versículos 1 y 2.
Destacable resultó su interpretación sobre la presencia de los cristianos en el mundo, la cual no debe centrarse solo en la actividad eclesial, hacia dentro de la iglesia:
“Nuestra presencia en el mundo llama a la transformación del medio. El culto ya no ocurre en un lugar determinado para dar culto a Dios, sino que allí donde nosotros estamos hay culto a Dios, pues lo sagrado irrumpe en medio de lo profano. Nuestra vida es culto a Dios. Por lo tanto a lo que somos llamados es a que toda nuestra vida sea culto y con ella se irrumpe en lo secular, de tal modo que rompemos la barrera entre el espacio secular y el divino. Allí donde estamos físicamente está Dios. Esto implica en la práctica que, o toda nuestra vida cristiana es culto y las actividades comunitarias de iglesia son para ayudarnos, instruirnos y equiparnos en esa vida, o de lo contrario, esas actividades de iglesia simplemente nos llevan al absurdo, no tienen razón de ser. Es cierto que el culto en la iglesia nos ayuda a sostener la vida, pero el verdadero culto significa estar de acuerdo en la vida toda con la voluntad de Dios en pensamiento, deseo y obra, y todo para su gloria. Como ciudadanos del mundo tenemos que dar expresión moral a una piedad que reclama ser autentica…”.
Fuente: PotestanteDigital.com