Este año, durante el Mes de la Biblia, hemos focalizado nuestro interés en la clandestinidad de la fe y de la Palabra de Dios a lo largo de la historia.
La Biblia del Oso, una traducción publicada en 1569 de la Biblia al castellano por Casiodoro de Reina, es un vivo retrato de ello.
NACIMIENTO
Casiodoro de Reina (1520-1594) trabajó durante doce años en su preparación. Su traducción empezó en 1565, y ya cuando había logrado traducir el Antiguo Testamento del idioma Hebreo (apoyándose en la Biblia Hebrea y la Biblia de Ferrara) el proyecto fracasó. La reina tuvo que esperar dos años más para verla finalmente impresa, en Basilea, Suiza, el 28 de septiembre de 1569.
En 1602 Cipriano de Valera editó la primera revisión de la traducción de Casiodoro de Reina, conocida como la Biblia del Cántaro, por el emblema en su portada, limitándose a cambiar el orden de los libros y a añadir o quitar notas marginales, con alteraciones cuantitativamente mínimas del texto bíblico fijado por el primer traductor.
Una segunda edición fue llevada a cabo en el año 1622, ordenada por los propios familiares de la Reina, respetando la ilustración del oso original.
PERSECUCIÓN
El religioso sevillano estaba convencido de que poner la palabra de Dios en manos de todos era una oportunidad para liberar las almas de la tiranía de una Iglesia corrupta.
Su propósito lo convirtió en un proscrito y finalmente fue condenado a muerte por hereje. En el Auto de Fe de la inquisición de Sevilla, el 26 de abril de 1562, Casiodoro de Reina fue quemado en efigie y figuró en el Índice como autor de primera clase.
El Consejo de la Inquisición conocía ya en 1571 que «la Biblia en romance» había salido de Basilea y ordenaba la recogida de todas las que se descubrieran. También se dio aviso de los engaños para favorecer su circulación, como la sustitución de la portada por el frontispicio del muy popular Diccionario latino de Ambrogio Calepino.
Muchas copias quedaron durante décadas depositadas en manos de la familia de Reina en Frankfurt, quienes los refrescaban actualizando de forma fraudulenta las portadas. En realidad, pocos ejemplares, muy pocos, llegaron a España.
EMBLEMA
Es conocida como la Biblia del Oso debido a la ilustración en su portada: un oso intentando alcanzar un panal de miel colgado de un árbol, un mensaje criptosimbólico con el cuál se evitaba el uso de iconos religiosos ya que en aquél tiempo estaba prohibido cualquier traducción de la Biblia a las lenguas vernáculas.
Este emblema bien podría entenderse de la siguiente forma: el mazo, que ha hendido el árbol propiciando que la miel y abejas salgan de su interior, es el instrumento que hace posible que la miel, la palabra de Dios, mane libremente y así pueda alimentar al oso hambriento, los cristianos. El grabado tiene a los pies un libro con el Tetragrámaton, las cuatro letras del nombre de Yahvé, y un versículo del profeta Isaías a modo de lema, redactado en hebreo y en castellano: «La Palabra del Dios nuestro permanece para siempre».
LEGADO
La Biblia del Oso es un gran legado de fe para los cristianos de habla castellana. La versión de Reina fue la primera traducción de la Biblia completa en castellano teniendo como base textual los manuscritos en hebreo y griego (traducciones anteriores, como la Biblia prealfonsina y la Biblia alfonsina, fueron traducidas desde textos en latín).
Es además, una joya literaria del Siglo de Oro de la literatura Española. El erudito católico Marcelino Menéndez Pelayo, en su Historia de los heterodoxos españoles, tuvo que admitir, tras arremeter contra el autor, que la traducción estaba «hecha con esmero» considerándola estar mejor escrita que otras versiones católicas como la de Felipe Scío de San Miguel (1793) y Félix Torres Amat (1825):
Faltaba, con todo eso, una versión completa de las Escrituras […] uno de los protestantes fugitivos de Sevilla se movió a reparar esta falta, emprendió y llevó a cabo, no sin acierto, una traducción de la Biblia … hecha en el mejor tiempo de la lengua castellana” […] excede mucho, bajo tal aspecto, a la moderna [traducción] de Torres Amat y a la desdichadísima del Padre Scío […] (Menéndez y Pelayo, Marcelino (1978). Historia de los heterodoxos españoles.
La edición facsímil de la Biblia del Oso, es por tanto, una auténtica joya para los amantes del idioma castellano y de la Palabra de Dios.
«Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre» (Isaías 40:8)