Andriy (37), Yana (33), Karina (12), Maksym (10) Vivieron toda su vida en la provincia de Donetsk, nunca viajaron fuera de ella y solo soñaron con visitar otros lugares de Ucrania. Antes de 2014, cuando la Rusia militar invadió Ucrania por primera vez, tuvieron que dejarlo todo y mudarse a Mariupol.
Compraron una casa antigua en las afueras de la ciudad y fueron renovándolo desde entonces. Se mudaron a esta casa un poco antes de Año Nuevo de 2022, menos de dos meses antes de que estallara la guerra en Ucrania. Desde entonces, no hay electricidad en la ciudad; tampoco suministro de agua y Gas Natural. Por ese entonces la temperatura era de 10 grados bajo cero.
A los pocos días, la batalla se desarrollaba a pocos kilómetros de su casa. Las paredes estaban temblando a causa de las explosiones. Los primeros días se quedaron en la casa pero a medida que las explosiones se acercaban, se trasladaron a un sótano de la cocina al aire libre. era muy pequeño, alrededor de 2,20×1,80 m. Hicieron una cama donde todos pudieran dormir, algunos asientos y colocaron todo a
disposición allí.
La única tienda abierta para abastecerse de unas pocas cosas estaba a 8 km andando de su casa, con los peligros que eso conllevaba, ya que, las bombas se oían muy cerca. Fue en esa ocasión en la que estaban allí cuando cayó una bomba cerca de la tienda casi matando a toda la gente que se concentraba allí. Andry nos cuenta:
Finalmente, logramos entrar. Mientras estábamos allí, comenzó el almuerzo para los rusos, (dejaron de bombardear) y pudimos llegar a casa sanos y salvos. Ese fue el momento en que nuestra fe fue probada; estaba orando por protección todo el tiempo y ese fue el momento en el que nos vimos en la necesidad de orar con fe. Asistíamos a iglesias antes, pero la verdadera fe comenzó en
ese momento en que vimos que Dios nos salvó a todos en ese lugar.
Permanecieron allí alrededor de un mes, experimentando todas las realidades de las operaciones de combate que ocurren alrededor. Pero con mucho dolor tuvieron que dejar la casa en la que habían invertido tanto. Encontraron un refugio en el que estuvieron durante 2 meses, una escuela de la iglesia convertida en centro de ayuda en Lviv. Yana dice:
Los primeros días de nuestro viaje fuera de casa, nos sentimos como una montaña rusa, teníamos lástima por toda la propiedad, pusimos tanto esfuerzo en ello, Andriy dudó, pero insistí en que teníamos que irnos. Estábamos asistiendo a los servicios de la iglesia aquí en el refugio. Nuestra casa estaba casi intacta, bueno sin ventanas, Andriy quería quedarse en la bodega pero yo le obligué a no hacerlo. Una vez en el refugio y ya viviendo allí, muchas personas trajeron fotos del estado de nuestra casa y entonces entendimos que Dios nos estaba sacando de allí. Mi casa dejó de existir. Dios nos ayudó mucho, sobre todo nos hizo entender que la vida es mucho más importante que las cosas materiales. Si, pusimos muchos esfuerzos , pero podemos tener un mejor hogar en el futuro. Solo necesitas confiar en Dios y seguir en el camino correcto.
Esta familia nos cuenta una pequeña parte de toda la provisión que experimentaron de parte de Dios en esta época oscura de sus vidas. Ellos nos cuentan que cuando leen la Biblia, sirven en la iglesia, tratan de ayudar a los demás, sus heridas son más fáciles de sanar porque se centran en otros y no en lamentar su situación. Yana termina diciendo:
Lo más importante no es el hecho de que perdiste tu casa, tus pertenencias materiales, todo, lo más importante es que encontramos a Dios y encontramos gente buena cerca de nosotros que nos ayudó.