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EN LA CRUZ HAY VIDA

Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. Marcos 14:36

Pasaje bíblico: Marcos 14. 12-42
Autor: Luis Fajardo

Estamos en Getsemaní, y Jesús parece estar al límite de sus fuerzas humanas y busca refugio y poder en el Padre. Por ello, cae a tierra, una postura habitual en aquellos que se humillan ante Dios buscando hacer su voluntad. Las tradiciones judías de la época reflejan el sufrimiento del escogido de Dios al final de los tiempos, previo a su victoria sobre el mal. 

La oración de Jesús gira en torno a dos conceptos principales, el poder y la voluntad. Por un lado, el poder de Dios para cambiar las situaciones, para hacer que pase esa hora, para que pase esa copa, lo cual Jesús desea y confiesa como posible. 

Por otro lado, la referencia a la voluntad, que es doble, una subordinada a la otra; la voluntad de Jesús para que el Padre todopoderoso le libre del sufrimiento y muerte que se le aproximan, y que se somete a la voluntad superior del Padre, que es quien ha determinado el orden de los acontecimientos. 

El poder de Dios está subordinado a su voluntad. 

Jesús se somete a la voluntad del Padre, en medio de una gran agonía y sufrimiento, fruto, entre otras cosas, de que será entregado a sus enemigos, y esto dentro del propósito y designio divino. 

La oración de Jesús en Getsemaní no fue la oración de un hombre débil y temeroso. Jesús tuvo siempre plena conciencia de lo que le esperaba en Jerusalén. No le temía al sufrimiento físico ni a la muerte. Jesús sabía que tenía que enfrentar todo esto, pero también decidió ser obediente.
En contraste con la agonía de Jesús y su oración intensa al Padre, los discípulos están durmiendo cuando Jesús se acerca a ellos. Marcos no explica por qué duermen los tres discípulos que acompañan a Jesús, es probablemente el cansancio, una copiosa comida pascual y lo avanzado de la hora lo que les lleva a este punto. 

NO LO QUE YO QUIERO 

Jesús nos enseñó a hacer la voluntad de Dios por medio de la oración. Jesús venció su tremendo estrés y agonía con oración intensa. Así, se nos enseña a orar al estilo de Jesús. 

Se muestra la humanidad de Cristo y el deseo de hacer la voluntad del Padre. Nos muestra la necesidad de someternos incondicionalmente a la voluntad de Dios.

Postrados ante el Padre nosotros también ganaremos, saldremos victoriosos por el poder de rendirnos, rendirnos ante la voluntad del Padre. 

Los discípulos dormidos nos indican la triste realidad que algunas veces apreciamos, gente clamando en su agonía, y nosotros dormidos.


Oración.-
Señor necesitamos estar despiertos y atentos a tu voluntad. Descansar en Tí libera de la agonía, nos hace ser vencedores. El poder de tus hijos es querer hacer tu voluntad. Gracias Señor por Jesús

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