“Guardo como un pequeño tesoro este Nuevo Testamento que me regalaron el 22 de julio de 1982. Lo he llevado conmigo en viajes cortos y largos, en momentos felices y quizá no tan felices, durante ya 35 años.
Cuando lo miro, pienso en la persona que me lo dio. No me conocía de nada, y, sin embargo, creo que en su corazón y en su mente guardaba las enseñanzas que Cristo nos dejó en Su Palabra: «El amor de Dios se demuestra en nuestras vidas cuando mostramos amor por otros».
Estoy convencida que cuando regalamos la Palabra de Dios, un Nuevo Testamento, Evangelio, Biblia, etc., estamos diciendo: ‘Te doy aquello que ha sido y es importante en mi vida, aquello que es mi luz, mi guía, mi consuelo, mi alegría’.
Estamos diciendo: «Te amo en el amor del Señor».
¡Anímate tú también a regalar la Palabra de Dios! Hazte miembro de Una Biblia al Mes.
Érika Troya, ayudante de Publicaciones en Sociedad Bíblica
[17·02·2017]
|
||||
|