En 2015, la Sociedad
Bíblica en Sudán del Sur distribuyó más Biblias que en años anteriores.
Edward
Kajivora, secretario ejecutivo de la SB de Sudán del Sur nos revela dos claves por las que ha aumentado la distribución de Biblias en 2015: Evangelización y alfabetización.
Antes de la independencia de Sudán del Sur no había muchas
Escrituras en la zona. Era muy costoso transportar Biblias al sur,
y la Sociedad Bíblica no disponía de ningún almacén allí. La distribución de Biblias también se veía afectada por
las restricciones impuestas por el gobierno de Jartum, que exigía la gestión de
permisos especiales para enviar Biblias al sur.
Además la
lucha entre las tribus Dinka y Nuer que afectó a todas las tribus del sur de Sudán, propició
que muchas personas desearan tener las Escrituras (en su propia lengua o en inglés o árabe) . Incluso aquellos que eran no
creyentes o practicaban diferentes fes, y profesaron el cristianismo, querían adquirir
su propia Biblia.
Muchas personas comenzaron a llegar al Hogar de la Biblia. Este hecho me recordó el pasaje bíblico en
el que personas de diferentes trasfondos acudieron a Juan el Bautista para ser
bautizados en el río Jordán (Lucas 3:3-14). El librero, sorprendido, entró
apresurado en mi oficina. Me dijo que personas que nunca nos habían comprado Biblias,
estaban ahora acudiendo en masa a comprarlas. Mi
colega pensaba que aquellas personas podrían tener un plan oculto, como
destruir los ejemplares que compraban, o utilizarlas para persuadir a cristianos nominales a
abandonar el cristianismo. Le pedí que les dejara que las compraran, y ya veríamos
qué uso harían de ellas.
La distribución de Biblias va de la mano de la evangelización
Durante una semana de evangelización un hombre
anciano, bastante rudo, que nunca había acudido a una iglesia ¾y que
había oído hablar del cristianismo pero nunca había escuchado los relatos de la
Biblia, ni siquiera relatos sobre los milagros de Jesús¾ se sentó y se dispuso a escuchar la predicación.
El mensaje sobre cómo Jesús resucitó a Lázaro impactó tanto a este hombre que
al día siguiente, comenzó a preguntar a la gente quién de entre el grupo de quienes
habían predicado el día anterior era Jesús. “Conozco a los hijos de los que viven en los pueblos
de alrededor, y al hijo del maestro, pero, ¿de quién es hijo este Jesús, del que contasteis que levantaba a los
hombres de entre los muertos?, ¿conozco a su padre o a su madre?” Desconozco la respuesta que dieron a este
anciano, porque los testigos presenciales que me contaron esta historia
huyeron debido a la guerra en la zona.
La historia de Elías, un anciano de otro pueblo al que
consideraban profeta (porque el decía serlo), nos muestra cómo Biblia y evangelización van de la
mano. Una semana
antes de que llegara el equipo de distribución, Elías había comenzado un viaje
lejos de allí. Como no tenía sandalias, se las pidió prestadas a otro hombre,
con la promesa de devolvérselas una vez regresara. El sábado se celebró un funeral
en el pueblo. El predicador habló sobre 1 Reyes 2:11-12, pasaje que menciona
cómo Elías fue arrebatado al cielo en un carro de fuego. Cuando el predicador contaba la historia y
llegó al punto donde Elías fue llevado al cielo, el
hombre que había prestado las sandalias a Elías se levantó y gritó “¿Pero dónde
ha dejado Elías mis sandalias? Ese es mi único par y prometió que me las
devolvería”. Otro
hombre tiró de él y le dijo: “Este no es nuestro Elías, nuestro Elías todavía
no ha regresado. Su Elías es diferente”. ¡Estas personas no tienen el Antiguo
Testamento, por lo que no conocen las historias bíblicas, ni el mensaje de
Jesús.
Distribución y alfabetización se
complementan la una a la otra
Distribución y
alfabetización también se complementan la una a la otra. La Biblia es el libro
de texto base en nuestras clases de alfabetización. Esto es así porque nuestra
principal razón para alfabetizar es capacitar a las personas para leer la Biblia.
La mayoría de los alumnos de estas clases tienen vínculos con alguna iglesia.
El objetivo principal es que sean diestros en la lectura, para que lean las
Escrituras por sí mismos y las lean a sus familias, así como en las reuniones
del domingo. También enseñamos higiene y aritmética para ayudar a las mujeres, en
particular para que sepan contar y manejarse con dinero cuando llevan sus
productos al mercado, y para que puedan mantener saludables a sus familias.
Puesto que el propósito del programa de alfabetización es enseñar a leer la Biblia, las personas la compran
y la distribución se ha incrementado.
No consideramos la
distribución de la Biblia como algo independiente de nuestros proyectos, sino como parte de los mismos.
Los dos factores más determinantes para la distribución de la Biblia
son el programa de alfabetización y la evangelización. Evangelizar no es un proyecto
específico, sino que surge allí donde las Biblias se distribuyen. Recientemente
un hombre vino a comprar una Biblia al Hogar de la Biblia y le pregunté: “¿Qué
vas a hacer con esta Biblia?”. Su respuesta fue rápida y sincera: “Voy a
evangelizarme a mí mismo, a mi familia y a los demás”.