Por Dámaris Álvarez | Devocional
Parece que cada vez que leemos estas palabras de Pablo a Timoteo sólo hacemos referencia al momento final de vida. ¡Y es cierto que Pablo las escribe en ese momento! Sin embargo, no olvidemos que esa carrera se empieza a correr desde el primer minuto en que venimos al mundo. Además, a la propia carrera se le añaden diversos obstáculos que tenemos que ir saltando y sorteando.
Sin darnos cuenta, durante esa carrera entramos en una vorágine de acontecimientos que nos van llevando hacia senderos de estrés: sobrecarga laboral, dificultades de salud, actividades excesivas… y si a esto, le añadimos la cantidad de acontecimientos históricos que estamos viviendo (pandemias, crisis económicas, guerras, etc), nuestra salud emocional comienza a quebrarse.
Dios, en su misericordia, permite que a lo largo de esa carrera encontremos zonas de oasis donde pararnos a descansar, como, por ejemplo, cuando llega el verano. No tengo duda de que si un salmista escribiera una canción sobre nuestra vida probablemente a la época estival la llamaría “Selah”. Dios trabajando en nuestras vidas durante este tiempo nos dice: “Párate”, “escucha”, “deléitate en mis maravillas”, “valora lo que tienes”, “da gracias por lo que no tienes”, en definitiva, “deja de correr y vive el presente”.
La carrera de la vida continúa y durante el próximo curso volverán a aparecer nuevas vallas que saltar en forma de retos.¡Sigue adelante en tu carrera! Pero aprovecha también este tiempo que viene por delante para deleitarte en las maravillas que Dios ha creado y disfruta del tiempo en que nos permite descansar.
He luchado con valor, he corrido hasta llegar a la meta, he conservado la fe. 2 Timoteo 4.7 BLP