La solidaridad mostrada a las personas afectadas por la guerra en Ucrania ha sido inspiradora. La iglesia debe liderar el camino para extender esa compasión.
La solidaridad mostrada a las personas afectadas por la guerra en Ucrania ha sido inspiradora. La iglesia debe liderar el camino para extender esa compasión al recordar y responder a otras crisis que ocurren en lugares como Afganistán, Siria y Yemen. Es fácil sentirse abrumado o impotente ante un sufrimiento tan grande. Pero cuando nos unimos como iglesia, colaborando con la obra de redención y restauración de Dios, hay un poder enorme.
Una poderosa compasión
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Se afirma que el mundo moderno ha sido superado por el individualismo. Estamos, supuestamente, cada vez más obsesionados con nosotros mismos. Hay mucho de verdad en esa afirmación. Pero no es toda la verdad. Lo que ha revelado la respuesta al conflicto en Ucrania es que, cuando se les da la oportunidad, la postura natural de las personas es la compasión.
Por eso, gracias por vuestra increíble y generosa respuesta al llamamiento humanitario de Ucrania durante estas últimas semanas. Vuestras oraciones y donaciones han hecho una verdadera diferencia. Gracias a vuestra compasión, nuestros socios locales están pudiendo satisfacer las necesidades de miles de personas afectadas por la guerra en Ucrania.