Las calles de nuestras ciudades se han llenado de bombillas de variado colorido que empiezan a funcionar durante estos días, para señalar la época festiva que se acerca.

Las primeras palabras que pronuncia Dios y que quedan registradas en las páginas de la Biblia son: “sea la luz, y fue la luz” (Génesis 1.3).
Sabedor de la dificultad que supondrá vivir y moverse en un mundo sin luz, Dios provee desde el origen que el hombre tenga luz en su vida.

Isaías 9.2 
2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.

Durante miles de años, el mundo que a pesar de tener la luz vivía en las tinieblas de la incertidumbre, esperaba la venida de la luz auténtica que ilumina la vida.
Anhelaba con ver la gran luz y poder ver con claridad.

Juan 1.5 
5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Deja que la gran luz alumbre en medio de las tinieblas de tu vida.
Ya está resplandeciendo para que puedas seguirla.
Ya está aquí.

Juan 8.12
12 … Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Autor: Luis Fajardo, Director de Sociedad Bíblica

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