Más de 3500 personas han fallecido en Liberia a causa del Ébola.
Desde el pasado mes de agosto la Sociedad Bíblica (SB) en Liberia ha estado en primera línea llevando la Biblia y ofreciendo paquetes de ayuda a los enfermos del Ébola y a sus familias; y a todos aquellos que han sufrido la pérdida de seres queridos a causa del ébola, especialmente a los niños y niñas que han quedado huérfanos.
Wilimena Gbayou era una madre común y corriente. Después de que el ébola golpease con fuerza su comunidad, Wilimena decidió atender en su casa a los niños huérfanos. Ahora su casa de se ha convertido en el Taffy Dollor Children’s Welfare Centre, un centro de atención y bienestar para los desamparados.
Empleados de la salud y líderes de la comunidad están llevando a los niños de todas partes del país, y ahora Wilimena atiende a más de 100 niños, nos cuenta el personal de la Sociedad Bíblica en Liberia. Wilimena no recibe recibe ayuda del Estado, de modo que se mostraba muy agradecida por los paquetes de arroz, ropa, zapatillas de estar por casa y las Biblias entregadas por la SB en Liberia.
«Sé que Dios os ha enviado. Hace 5 meses que no recibíamos nada de nadie»
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Victoria Shariff, una joven estudiante de 18 años de la Academia Cristiana en Browerville, perdió a sus padres y a sus hermanos debido al Ébola. Ella contrajo el virus pero lo ha superado. Recibió Biblias, ropa y alimento de la SB el pasado mes de diciembre.
“Estoy feliz porque Dios me salvó, diijo al personal de la SB en Liberia. Creo que el Señor me ha salvado para que le sirva, para que trabaje en su obra. Me siento muy agradecida por los alimentos y la ropa, pero especialmente por la Biblia que me habéis dado.”
Donwon Dahn y sus hermanas, Blessing de 3 años y Nuwon de 7, son los únicos sobrevivientes de una familia devastada por el ébola. El papá, el señor Dahn perdió a su esposa y a 5 hijos a causa del virus.
«Estoy agradecido al Señor porque me ha conservado la vida y la de mis dos hijas pequeñas. Ahora soy su padre y su madre. Otros niños perdieron a su padre y a su madre, y agradezco a Dios que me permite cuidar a mis dos hijas.»